miércoles, 21 de noviembre de 2012

Yo no le enseño, yo aprendo de él


Cuando los amigos comentaban que se quedaban haciendo tareas con sus niños, que les enseñaban o reforzaban lo que hacían en el colegio me parecía tan maravilloso y a la vez tan lejano, a Juan Diego no le gustaba sentarse conmigo a leer un cuento, a pintar o hacer las tareas, a él le encanta revisar los libros pero sólo sin que nadie le moleste, hacer alguna actividad juntos era motivo de berrinche y pataleta, las veces que intenté forzarlo terminamos peor entre gritos y llanto.

En diferentes momentos tuve que contratar a una especialista que venga a casa y trabaje con él las tareas o avance algo de aprestamiento escolar y veía que lo hacía bien, pero eso mismo no conmigo ni con su papá.

Como por el autismo tiene muy marcado el papel que cada uno cumple, creo que en su cabecita la mamá y el papá estaban para cantar, arrullarlo, alimentarlo, limpiarlo, cuidarlo, pero no para escribir, pintar, hacer trabajitos manuales, eso le correspondía a otra persona.

Pero siempre lo intenté, una y otra vez, y con el tiempo me fue aceptando, se fue acostumbrando a sentarse conmigo, a obedecerme y ahora creo que hasta le gusta escribir, pintar, y yo agradecida y mil veces agradecida a Dios.

Pero en todo este tiempo he cambiado mi forma de llegar a él, al principio he comenzado por pintar, hacer trazos de cosas que a él le gustan, por ejemplo le encanta dibujar el sol, o escribir su nombre, o todo lo que sea figuras geométricas y con estos elementos empecé a contar: "hacemos los rayos del sol, un rayo, dos rayos, 3, 4....", o "escribimos tu nombre J  u  a  n ....".

Al principio eran 5 minutos, luego 10 y ahora podemos sentarnos a trabajar 2 horas con descansos de 5 minutos, lo importante es tener el material y todo lo que voy a trabajar a la mano y de diferentes actividades para que no se aburra, por ejemplo:

Voy a empezar haciendo un rompecabezas (lo separo), luego avanzamos matemáticas (ahora estamos relacionando el número con la cantidad de objetos, le preparo 4 hojas), después vamos a repasar el tema "Mi familia" (separo fotos de toda la familia y el debe reconocerlos, ya lo hace y estoy feliz por eso) y terminamos con lectoescritura (hemos empezado a escribir los números).

Ese es mi material para una tarde, podemos demorarnos hora y media o dos, el tiempo se pasa volando, los temas los repito por 3 días con diversos ejemplos hasta que siento que ya los domina y paso al siguiente.

Pero no es fácil, sobre todo hacer que se siente y me preste atención, pareciera que a propósito bloqueara su mente para que me dé por vencida, pero ahí estoy a punto de perder la paciencia queriéndolo ahorcar, jajaja, pero nada, con la voz suave y firme le doy el lápiz, se da por vencido y empezamos, a partir de ahí todo es un cielo.

Cada vez que termina una actividad le digo "lo hiciste bien, eres excelente" y lo abrazo, él se pone feliz, esto ha ayudado mucho a unirnos más, antes yo era la que le ponía orden, la mala de la película, ahora me busca, me espera y lo increíble es que cuando su papá los quiere llevar a pasear no permite que arranque el carro hasta que yo suba, dice "la mamá, la mamá", antes sólo le importaba pasear con papá.

Es increíble todo lo que voy aprendiendo de Juan Diego, sobre todo que tiene una mente maravillosa, tal vez no se expresa como estamos acostumbrados, es como que se comunicara con otros códigos, pero si lo hace y lo mejor es que pone todo de su parte para aprender nuestros códigos.

Si ellos ponen de su parte para entender nuestra forma de comunicarnos, sería bueno que pongamos de nuestra parte para también comprender sus códigos, su forma de comunicarse.

Mil bendiciones en sus hogares, mil bendiciones para sus pequeños.


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